Estamos ante un verano especialmente cálido. En estas fechas la temperatura se convierte en un factor molesto e incluso peligroso cuando circulamos en automóvil. Y más cuando se trata de realizar el trayecto más largo para pasar las vacaciones.

 

Vamos a ver unas consideraciones que habrá que tener en cuenta cuando nos pongamos al volante con temperaturas ambientales elevadas.

1.- Los neumáticos son muy sensibles al calor, la presión tiene que ser la correcta y deberemos tener mucho cuidado de que no sobrepase los límites impuestos por el fabricante. Sobre todo cuando aumentemos la presión para viajar con el coche cargado.

2.- La refrigeración del motor será fundamental para evitar averías producidas por el calor. Los niveles del líquido refrigerante y del aceite deben ser los correctos. No deberemos emprender un viaje si existen fugas, por pequeñas que sean, en cualquiera de los dos circuitos. Verificar que el electroventilador funciona correctamente. También hay que revisar el líquido de frenos y el estado de las pastillas para evitar peligrosos sobrecalentamientos del sistema de frenado.

3.- La visibilidad es fundamental y aunque haga buen tiempo tenemos que ver y ser vistos en la carretera. El parabrisas y las lunetas tienen que estar limpios, la suciedad o los mosquitos aumentarán las posibilidades de que el sol nos deslumbre. Rellene a tope el depósito del limpiaparabrisas con un buen líquido específico. Revise el correcto funcionamiento las luces de posición, los intermitentes y las de emergencia.

Sobre todo en verano no deben faltar a bordo unas buenas gafas de sol polarizadas, garantía de mantener una buena visión en condiciones desfavorables y evitar el cansancio ocular en trayectos largos.

Desconfíe de las horas de máxima insolación, la refracción del sol al atravesar las capas de aire caliente más bajas produce distorsiones y espejismos sobre el asfalto. Hacer uso de los parasoles, evitan deslumbramientos y reflejan la luz solar hacia el exterior.

4.- Planifique la ruta. Considere la distancia total a recorrer y anticipe paradas para descansar. Muchas veces se aprovecha la mardrugada o la noche para evitar atascos, cuidado con la fatiga, el sueño y el cambio de luz del alba y el ocaso que afecta de forma importante a la percepción visual. Evite siempre emprender un viaje largo justo después de salir de trabajar; los largos periodos de vigilia sin haber dormido los suficiente tienen los mismos efectos sobre la conducción que la alcoholemia moderada.

No hace falta hacer largas pausas, con 10 o 15 minutos cada 2 horas son suficientes para reponernos; pero deberemos bajar del vehículo (pasajeros incluidos), estirar las piernas, beber y, cada cierto tiempo, comer algo ligero.

5.- Tenga en cuenta la deshidratación. Lleve consigo agua y beba con frecuencia. No conviene que esté demasiado fría pues con tiempo muy caluroso no tiene que haber más de 4 o 5 grados de diferencia. Si su coche dispone de guanteras refrigeradas utilícelas para ello. Hay que saber que el aire acondicionado deseca el ambiente y acelera la deshidratación, no hay que esperar a tener sed para beber.

6.- No baje demasiado la temperatura del climatizador. Además de ser perjudicial exponerse a bajas temperaturas durante un largo periodo de tiempo inactivo físicamente, aumenta considerablemente el consumo del automóvil. Lo ideal es mantener una temperatura de 20 grados a lo largo del viaje, y que la sensación sea cómoda, ni calurosa ni demasiado fresca. Los parasoles de la luneta y en las ventanillas y los vidrios tintados ayudarán también a que la insolación no recaliente demasiado el habitáculo.

7.- Regule muy bien el asiento y el volante antes de salir. Una mala postura del cuerpo hará que que nos cansemos mucho más deprisa en el viaje. Evite llevar dentro del habitáculo parte del equipaje, restarán sitio a los ocupantes, afectarán a la circulación de aire del sistema de refrigeración y hará más incómoda la permanencia en el coche.

8.- Vístase adecuadamente con ropas frescas, transpirables, ligeras y que no opriman. El calzado también tiene que ser el adecuado para tiempo caluroso, zapatillas de loneta o mocasines ligeros que no den calor serán lo más apropiado para conducir durante largas etapas. No hay que conducir nunca descalzo, es muy peligroso y además está prohibido por el código de la circulación. Cuidado con las gorras, dentro del coche aumentan el calor, la sudoración y pueden dificultar el riego sanguíneo de la cabeza produciendo cefaleas.

9.- Sea precavido con los cambios que sufre el asfalto cuando aumenta la temperatura. Las condiciones de adherencia cambian y en las juntas de dilatación frecuentemente se producen deformidades en la superficie de la calzada. En ocasiones, los servicios de mantenimiento realizan parcheados o riegan el asfalto, provocando que en esos tramos el agarre de los neumáticos disminuya.

10.- Durante los viajes con mucho calor, vigile especialmente la temperatura del motor. Si esta subiese mucho de los valores normales de funcionamiento o se llegase a encender el piloto de la refrigeración, parar lo más rápidamente que podamos, a ser posible en la sombra. Apagar el motor, hacer que bajen los pasajeros y poner la calefacción hasta que el exceso de calor sea evacuado. No echar jamás agua sobre el motor ni abrir el capó hasta que haya pasado más de media hora y se haya enfriado. Si el nivel de refrigerante ha bajado por debajo del mínimo, es mejor llamar a la asistencia en carretera pues si intentamos seguir rodando con una avería en el circuito podemos provocar la rotura del motor.

 

 

Fuente de la noticia ; Juan Luis Soto para El Economista. es